Lo que sucede con la pieza del venezolano, Gustavo Ott, es que su impronta y su escritura son desafiantes, picantes y muy oportunas para estas épocas. Quién mejor que Corina Fiorillo para tomar estas líneas y hacerlas teatro, considerando que es una de las directoras más buscadas y talentosas que tenemos e inclusive llevando su arte más allá de nuestras fronteras.
La sala El ópalo, un espacio íntimo, pequeño, característica que hace que sea una ambientación ideal para la historia de Victoria y Daniel, pues el espectador se introduce de inmediato en sus vidas. Esa realidad palpable y latente que siempre logra con sus obras Corina, hace que "Tu ternura Molotov” se transite con interés y esa bizarra e irreal situación sea el disparador de unos conceptos que se desprenden de ella muy reales y actuales: la discriminación, la violencia, el prejuicio y la necesidad de creer que siempre conocemos al otro, cuando en realidad nunca sabemos del todo la plenitud de una persona.
Sus protagonistas se muestran muy dúctiles en esta propuesta, siendo que deben pasar de un registro más cómico a uno de tensión dramática, incorporando la inmediatez con el público, situación que quizás no los altere, pero cuando uno la presencia, ni moverse quiere. Magalí Sanchez Alleno y Nelson Rueda cumplen con creces su labor y se notan cómodos con la propuesta y la química se hace presente. Valoro muchísimo ver a Magalí en estas propuestas, que son de teatro de texto, pues uno recuerda su hermoso y cálido caudal de voz, demostrando lo buena artista que es asomándose a otro registro.
"Mi ternura Molotov" es un teatro desafiante, inteligente, con una idea llamativa y que, por el lado de la risa, hace que nos cuestionemos varios temas.
GUSTAVO SCUDERI
