El teatro, muchas veces, representa una experiencia constructiva y no sólo una actividad recreativa, sino que también nos ofrece la posibilidad de sumergirnos en una historia que quizás no conocíamos.
Esto, aun es más interesante si sale del ingenio de una artista talentosa, que siempre se distinguió por su carisma, impronta y calidad artística, Alejandra Radano. Esta magnífica artista nos propone una mirada sobre un álbum que, unió por única vez (si bien esperaban que este fuera solo el comienzo) a María Elena Walsh y Leda Valladares, "Canciones del tiempo de Maricastaña", que a su vez intentó repercutir internacionalmente y está compuesto de canciones con ritmos medievales y con romances renacentistas españoles en 1974.
"Albricias, no son canciones de moda" nos sumerge en el universo de esas 14 canciones con una puesta sutil e íntima, pero llena de pequeños detalles que logran la experiencia que quería desarrollar Alejandra; nunca se pierde el clima de ensoñación, de descubrimiento y de emoción que desprenden las tres artistas, la mencionada Radano y Delfina Cheb en voces y Virginia Morillas en guitarra, con las intervenciones musicales de Diego Vainer.
Si bien la autoría es de Alejandra y la pieza está repleta de pormenores que hablan de estas dos inmensas artistas con un sonido propio, es en la visión y mencionada puesta del director Gustavo Lesgart que toma el clima adecuado, inclusive en la ubicación de las plateas.
Se presentó por pocas funciones en El Cultural San Martín y las agotó, lo cual representa una expresión de deseo para que vuelvan a presentarla, porque posee todos los elementos que hacen que una obra funcione a través del boca a boca y por el documento que nos trae de los comienzos y sueños de dos mujeres artistas pioneras y con voz propia.
GUSTAVO SCUDERI