Hay películas que trascienden su nicho argumental donde, más allá de la creación de sus personajes, uno se siente atraído o muy bien representado. "Fin de siglo", cuyo título es claramente referencial a la actualidad, es el film ganador de la última competencia argentina del BAFICI. Lucio Castro, contemporáneo a quién escribe, con su opera prima, supo dibujar un universo que representa a una generación que se enfrenta a la tecnología, a una cantidad siempre creciente de aplicaciones y a decisiones o situaciones que no son tan fáciles de afrontar como para la juventud 2020 ya las tiene naturalizadas.
Narrada con jugados saltos de tiempos y decisiones argumentales que sacan al film de una cronología lineal, o bien de una situación concreta; a medida que la película avanza y los sueños invaden al protagonista, no sabemos bien que plano es real o que es un simple deseo o añoranza de un presente diferente, excelente decisión.
Ocho llega a Barcelona de vacaciones, él vive en New York y comienza a transitar las calles de esta enigmática ciudad como un turista más; a través de sus ojos veremos y sentiremos la soledad y la libertad de ser un extraño (otro aspecto logrado), hasta que desde su balcón ve a otro hombre que enseguida capta su atención. Desde ese momento ambos sienten que se conocen, para luego confirmar que 20 años atrás habían compartido un encuentro que, sin saberlo, cambió sus vidas.
Con el protagonismo de dos jóvenes actores que se entregan literalmente a sus personajes: Juan Barberini y Ramón Pujol, quienes le ponen todo su cuerpo a la interpretación logrado un vínculo impecable, hay mucha química entre ellos; uno de ellos más suelto, saliendo de una ruptura, el otro más seguro de lo que quiere y asentado en Berlín con una mentalidad y pareja abiertas. Cuenta también con la participación destacada de Mia Maestro, con un personaje muy interesante, en sus diálogos hay mucha verdad que hace justamente de espejo de los otros dos caracteres.
Hay mucho en la película del cine de Eric Rohmer, también de Ira Sachs y de Jonás Trueba, pero con su propia fuerza. Lucio se transforma en un director a seguir, con libertad artística y un lenguaje inclusivo que, en ésta ocasión dibuja a la perfección una generación de apps y soledades no siempre encontradas.
GUSTAVO SCUDERI
El Ministerio de Cultura, a través del Complejo Teatral de Buenos Aires, y la Fundación Cinemateca Argentina albergarán en la Sala Leopoldo Lugones del Teatro San Martín (Avda. Corrientes 1530), a partir del jueves 6 de febrero, el estreno de Fin de siglo, ópera prima del realizador argentino Lucio Castro. El film tuvo su premiere mundial en el festival “New Directors/New Films Festival” del Museo de Arte Moderno de Nueva York y fue galardonado con el premio a Mejor Película de la Competencia Argentina en la última edición del Buenos Aires Festival Internacional de Cine Independiente. La exhibición del film en la Sala Lugones, perteneciente al Complejo Teatral de Buenos Aires, forma parte del premio entregado en el 21° Bafici.
“Una película romántica y también una película acerca del tiempo, y una película que observa las posibilidades y las decisiones de sus personajes. Pero Fin de siglo, también y fundamentalmente, es una película sobre las capacidades del relato para desconcertar y hacernos dudar, para incluso llegar a alejarnos de la historia para luego traernos —atraernos— otra vez hacia ella. Sin embargo, ese desplazamiento que se anuncia parcialmente desde el título —y que no debería detallarse en textos sobre la película— no se construye desde la distancia o la frialdad con respecto a los protagonistas, sino desde la empatía con Ocho y Javi, esos amantes que oscilan entre lo evidente y lo increíble, acechados por el melodrama y protegidos por una ópera prima que se anima a formas narrativas desafiantes”. (Javier Porta Fouz, catálogo del 21° Bafici)
Del jueves 6 al miércoles 12 de febrero, a las 19 hs.
Entrada general $100, estudiantes y jubilados $50 (con la acreditación correspondiente). Abono 4x3 $300.