"Empeño" es una grata sorpresa y una confirmación de que nuestro teatro alternativo, de cierta manera del off (aunque se encuentre en plena Av. Corrientes) es muy rico en dramaturgia, actuación y dirección; muchas veces superando al teatro netamente comercial, grandilocuente y siempre invito a hurgar en la extensa cartelera porteña, pues hay joyitas para todos los gustos.
Esta obra en particular salió de la cabeza de un artista a quien sigo mucho arriba del escenario y que actualmente coprotagoniza con mucho éxito "El beso de la mujer araña", Oscar Giménez. Éste literalmente abrió su testa, sus memorias y nos trajo una entrañable historia de una mujer que recuerda y habla, con sus muertos, para de cierta manera entender su situación, posibilidad también para que transitemos la obra entre risas y alguna lágrima.
Los personajes diseñados por Oscar quién dirige y escribe la obra (colabora Germán Fernández) son coloridos a nivel dramaturgia, con matices, con lo que yo denomino carnadura de donde el intérprete puede agarrarse para desarrollarlos. Todos ellos logran una empatía inmediata con el espectador, desde Empeño (María Laura León, muy versátil como requiere la propuesta, ya que encara a su Empeño en diferentes edades), su madre andaluza (Pepa Luna, brillante, una actuación completísima), su padre tanguero (Omar Duval, también muy solvente), un tío Drag Queen (el histriónico Ariel Osiris, muy bien) y una tía pitonisa (Alicia Godoy cerrando muy positivamente el grupo).
En el escenario, especialmente en la historia y en la dramaturgia hay muchos de los aspectos que Oscar admira y con los cuales también creció, el cine de Almodóvar (hay alguna línea de sus películas, entre el texto), más también lo que inspiró al propio manchego cómo, por ejemplo, sus mujeres. Cabe aclarar que Oscar vivió en España mucho tiempo y debo confesar, que es un lugar que por su cultura y su gente encuentro un atractivo, quizás también ahí mi conexión con la obra.
"Empeño" es una comedia dramática, muy bien escrita, para un amplio público, llena de sentimientos y de disfrute, ¡la recomiendo!
GUSTAVO SCUDERI