Es de valorar la llegada de nuevas voces y especialmente si tienen un contexto o bien una temática característica, de la cual hoy en día se está representando por suerte cada vez más. “La cama rota” de Mauro Russo, ya se presentó en diferentes plazas con mucho éxito, Madrid, Montevideo, próximamente en Chile y ahora en Buenos Aires.
Lo distintivo de esta pieza, escrita por el francés radicado en Montevideo, es que se puede adaptar a cualquier país y que a través de su director adopta una impronta particular; en Buenos Aires claramente la puesta de Marcelo Silguero apunta a un contexto más tierno, de congoja, de contención, siendo la desnudez un detalle que no impera en la misma.
Mauro es un pionero en el teatro naturista, justamente, denominado “Teatro AlDesnudo” para un público en aquel momento exclusivamente gay. No tuve la posibilidad en mi paso por Madrid de poder verla para poder realizar un análisis más completo, por ello me detengo en la puesta local, la cual claramente no hace hincapié en los cuerpos de los protagonistas (si bien en algún momento acude a ello) sino en el texto, en las necesidades humanas compartidas.
Dos hombres que no se conocen más allá de unas conversaciones y, chats previos a su encuentro, compartirán un exiguo monoambiente durante cuarenta días de aislamiento impuesto por las autoridades. Pero no quiero detallar más del avance de la historia, pues hace al interés y al desarrollo dramático de la obra, que plantea temas contemporáneos como la pandemia y lo que sucede frente a una nueva.
La puesta de argentina tiene un atractivo extra, por ser protagonizada por Rodo Castañares que es el padre de Nacho de GH y Taro Disi, nieto del recordado actor Emilio Disi, quienes le ponen mucho cariño a la propuesta y se refleja en la platea.
GUSTAVO SCUDERI