"La última sesión de Freud" incorpora unos aspectos muy interesantes y que hacen que, este reestreno sea atrayente. Esta pieza que fuera un suceso en New York, éxito de crítica y público, escrita por Mark St. Germain supo pasar por las más importantes plazas como: Madrid, Londres, Tokio, Chicago, etc.
Dentro de los aspectos más importantes de la obra se encuentra el hecho de que ya tuvo una excelente recepción aquí. Aunque hay otro mucho más atractivo aún, y es que uno de sus actores repite obra, pero interpretando el otro papel del dúo protagonista; el inmenso Luis Machín, ahora en el papel de Freud, que por supuesto realiza con la grandeza habitual, pero sin ser uno más de sus personajes que lo habitan, él no hace una reinterpretación de una figura icónica, sino que toma la "experiencia" y lo crea, maravillosa su actuación. También, nobleza obliga, debo admitir que quedé sorprendido por el otro actor que completa este duelo interpretativo exquisito: Javier Lorenzo, de un entonar del texto maravilloso, marcado, pausado, impecable, por su mirada pasa el personaje, el académico C.S. Lewis.
En esta supuesta reunión entre ambos, que claramente no existió, pero que la creatividad del autor propone para que se crucen dos miradas fuertes que marcaron el pasado no tiene desperdicio; por un lado el ateísmo de Freud y por el otro la apologética cristiano-anglicana de Lewis se sacan chispas por ejemplo. Utilizando sus creencias como disparador, afloraran entre ambos varios temas y por supuesto también conoceremos detalles de su propia vida. El texto, que es profundo, versionado por el director Daniel Veronese, debate temáticas de eterna incidencia en la historia, en esta ocasión con una guerra de fondo dejando en algunos momentos la solemnidad (en el buen sentido) para otorgarle un costado humorístico, incluyendo una escena que sorprenderá al público por su veracidad física en uno de sus personajes que no adelantaré.
"La última sesión de Freud" es una propuesta que regresa, pero con nuevos elementos y una nueva versión; la anterior era muy buena ya, esta por supuesto también lo es, gracias a dos actores maravillosos que la rompen en escena.
GUSTAVO SCUDERI