"Las cautivas" la excelente creación de Mariano Tenconi Blanco, un talentoso dramaturgo y director de vuelo y creativa propios, volvió por sólo 8 únicas funciones y esta vez a la preciosa sala Casacuberta del CTBA.
Mariano ha sabido congeniar propuestas que llamaría de autor, pero con un toque de popularidad que hace que el público siempre le responda; de él no se puede esperar un texto o propuesta sencilla, al contrario, tienen una profundidad e irreverencia que lo hacen único hoy en la cartelera. Esta vez solo le bastó con dos actrices, un músico y 85 minutos para lograr una joyita, que en su elipsis deja al público extasiado de placer teatral.
No se crea lector, que decir dos actrices es un mero comentario, las inmensas Lorena Vega (una de las actrices de su generación más sublime que tenemos) y Laura Paredes la rompen en escena; al ser un espectáculo de cierta manera minimalista, sus improntas son las que toman el relato y llenan el escenario. El decir de Mariano, su desparpajo, su falta de preconceptos e inclusive el sentido de sus palabras no son fáciles y estas virtuosas intérpretes las toman y las vuelven imágenes, hay mucho de este modo en el teatro de Mariano. Tanto Lorena como Laura nos relatarán la historia de un rapto, la de la "elegida" quien es secuestrada en plena boda por un malón y rescatada por una india. En forma de viñetas nos vamos compenetrando en la aventura de este escape, esta pieza es la primera de un proyecto: "La saga europea", obras ambientadas en el siglo XIX, que demuestren la relación entre Latinoamérica y Europa.
Es un placer ver a las dos actrices transitar el texto y sus profundidades, inclusive en el tono elevado de ciertos conceptos, que el público toma naturalmente, un gran trabajo de ambas, al igual que el del Mariano.
Con un músico en escena, que va "musicalizando" los relatos, precioso trabajo de Ian Shifres, siendo su participación completísima, utilizando varios instrumentos y su propia voz, la puesta no hace más que mejorar aún más.
"Las cautivas" sin lugar a duda es una cita obligada y hay que aprovechar su reestreno por estas pocas funciones, ya que es una de las mejores piezas que vi en su totalidad en mí transitar teatrero.
GUSTAVO SCUDERI