Hay dos aspectos que no se pueden negar del estreno de "Las ciencias naturales": por un lado, que la inventiva y creatividad de Mariano Tenconi Blanco son inmensas e interminables y por otro, la libertad artística que, desde hace ya un tiempo, construyó el Complejo Teatral de Buenos Aires.
Hay que mencionar que el escribir y las ideas de Mariano son especiales, particulares, que por diversos motivos no dejan indemne a nadie; si buscan un teatro tradicional, clásico, recto no deberían buscar por aquí, pero es para festejarlo y cada una de sus propuestas generan un gran interés y son todo un éxito.
"Las ciencias naturales" es parte de una trilogía, "La saga europea", que comenzó con la excelente "Las cautivas". Un proyecto de la compañía teatro futuro, buscando un análisis, una exploración justamente, entre Latinoamérica y Europa teniendo como eje central la literatura.
En esta ocasión diversos personajes extravagantes se juntan y se cruzan en la travesía del Dr. Rudolph Weiss y su secretario español Calixto Blanco quienes, buscando el origen del ser humano llegan a latinoamericana, luego de suscitarse diferentes acontecimientos. En el camino se cruzarán con ellos una monja, un gaucho, un elenco teatral itinerante y un personaje donde Mariano juega todo su arsenal creativo y onírico, el mismo diablo, que tentará a Weiss a tomar decisiones poco agradables ante una tragedia que vivió.
Hay dos pilares fundamentales en la obra de éste prolífico y joven dramaturgo y director, las historias desestructuradas, desarmadas, el cine de Lynch se acerca mucho pero Mariano le incorpora humor y los actores.
Aquí también el elenco es brillante sería imposible destacar a uno sobre otro, pero ante la reacción del público y lo que uno vive en la sala, las interpretaciones de Ariel Pérez de María y Juan Isola son realmente brillantes, en especial éste último que maneja una verborragia que quiebra el encuadre de por sí particular del texto. Pero Agustín Rittano un actor impecable, Marcos Ferrante, Gabriela Ditisheim y Andrea Nussembaum (primera vez que la veo y quedé maravillado) están increíbles, en fin, un aspecto sobresaliente de la obra.
La musicalización también es muy importante en el teatro de Mariano e Ian Shifres es ideal para sus propuestas.
Si se busca un teatro cómodo, lineal y de visión rápida, claramente esta no es una opción, pero si se busca esa precisa sensación de la incomodidad de lo inteligente, sin pasarse a lo ambicioso, esta si es una para tener en cuenta.
GUSTAVO SCUDERI
