Ignacio Huang, recordado por su coprotagónico en la película "Un cuento chino" junto a Ricardo Darín, nos trae un universo muy conocido por él con la emoción y el entusiasmo de presentarlo aquí.
"Madame Blanca" representa toda una tradición en su país y por primera vez podemos acercarnos a ese mundo, más allá del resultado. La ópera de Pekín es un tipo de teatro chino, que comenzó a mediados del siglo XIX, llevada a su mayor exponente y popularidad en la dinastía Qing y es considerada una de las disciplinas más reconocidas en China.
Ignacio con toda la simpatía que siempre lo caracterizó, escribe, dirige y actúa en esta propuesta que atrae mucho por su originalidad y por, justamente, la representación de una historia clásica de su país. La serpiente blanca y la azul, en un paseo en la tierra, se cruzan con un humano y la primera se enamora y forma una vida con él, hasta que un monje lo descubre y trata de "resolver" esta infracción a las leyes naturales, sin tomar en cuenta la verdad de esta situación ni el resultado de su accionar rígido y autoritario, aunque bien intencionado.
La pieza sigue la diagramación clásica de este tipo de obra, donde la historia es interesante respetando el vestuario tradicional y las logradas coreografías que incluyen disciplinas del arte marcial, ejecutadas principalmente por el actor y doble de riesgo Walter Shao Gómez, en el rol del moje. El elenco se termina de completar con Florencia Solís, quien también se desenvuelve muy bien en algunas escenas de acción y por Carolina Hsu, que posee la misma frescura energética de Ignacio.
"Madame Blanca" se ve con la alegría que desprende la interpretación e impronta de Ignacio, por la puesta simple pero típica de ese género y por representar la posibilidad de presenciar algo diferente.
GUSTAVO SCUDERI