Las obras transitan diferentes estados, de cierta manera, y como me gusta decir aquellas que exudan y transmiten sentimientos, es raro que pasen inadvertidas tanto para sus creadores o bien para cada espectador, siempre hay algún factor que hace que esa pieza genere algún tipo de interés. Mucho de esto hay en "Offside", en su sentido literal, de ella se desprende un esfuerzo y cariño por lo que se hace; mérito de un preparado y experimentado Rodrigo Villani, quien se pone al frente del equipo, suya es la dramaturgia, las coreografías y la dirección, quien también protagoniza junto a Federico Sorrentino.
La historia de Romeo y Julián, que no sólo comparten la misma pasión por la camiseta, encuentra su núcleo cuando el primero se integre al equipo hará que Julián encienda aún más su pasión; esto lo enfrentará a su posible futuro y lo que conlleva, aún hoy en día, ser homosexual en el deporte.
Lo interesante de la propuesta es que Rodrigo y Federico tienen intensidades actorales disimiles realzando la historia y la puesta: Rodrigo es explosivo, su performance es hacia afuera, su cantar, su movimiento es externo, en cambio Federico en su introspección logra matices y colores vocales también atractivos.
Las coreografías y cuadros están logrados y son de cierta manera lo que el desarrollo de la historia necesita para contarla. Muy logrado por cierto es el hecho de que se conocen en el vestuario y el medley de temas a mediar la obra. Gran parte del resultado y el atractivo es la selección de temas del rock nacional, puesto en el contexto de las escenas muy acertadamente.
El elenco que acompaña a los protagonistas, en su mayoría bailarines, aporta la parte de movilidad y realizan unas coreografías vistosas y lo hacen muy bien, algunos de ellos personificando un papel de nexo entre Romeo y Julián, cómo es el caso de Facundo Ullúa y May Rey con un personaje muy novedoso y bien pensado. Ignacio Fittipaldi, Lautaro Luque, Mati Martínez completan el ensamble.
"Offside" en su esencia es donde gana, en la garra y la pasión que le pone su creador y actores, ahí me detendré siempre y por eso es motivo de destaque más que de detenerse minuciosamente en detalles que les exigiría a otras propuestas.
GUSTAVO SCUDERI