Cuando parecía que la cartelera porteña estaba culminando su temporada para comenzar a diseñar la de verano, nos encontramos con una mega producción, "Regreso en Patagonia"; una propuesta que, literalmente, entra por todos los sentidos y uno al retirarse de la sala se va con una sensación de satisfacción y de sorpresa.
Bajo la producción de Alberto Raimundo, a quién le agradecemos por la posibilidad de que en la Av. Corrientes haya un espectáculo a la altura de Broadway, aparece esta joya cuyos aspectos técnicos son apabullantes, desde las proyecciones, efectos especiales y musicales, la obra se agranda cada vez más; gran trabajo de Maxi Vecco en el diseño de video escénico y dirección de arte, donde se destaca justamente la dirección artística de Manu Fabeiro.
La pieza está basada en el libro de Alejandro Roemmers "El regreso del joven príncipe" que lo convirtió en un reconocido escritor a nivel internacional y que juega muy sutilmente con el emblemático texto de Saint Exupéry. La historia nos presenta el viaje iniciático de un joven, cansado de una ciudad que lo devora, donde sus ideas no llegan a los destinatarios correctos, a pesar de que lo hace con mucha pasión, pues es lo que anhela para su vida. Tras recibir el llamado de su amigo de la infancia, decide volver a su lugar y comienza la travesía de cruzar la Patagonia, encontrándose con un personaje tan perdido cómo él, que lo acompañará no sólo físicamente sino a descubrir que en la vida lo importante es respetar el deseo y verdadero sentimiento personal.
Desde un mensaje aleccionador y muy ameno la obra irá presentando diferentes personajes que atravesarán su corazón, hasta llegar a la casa de su amigo, quien junto a él descubrirán quién es ese misterioso joven que lo acompañó.
El elenco elegido en su totalidad es impecable, Fer Dente demuestra que es uno de los grandes exponentes de los musicales, muy talentoso en toda su performance, sobresale su timing y caudal de voz que es precioso. La ingeniosa y novedosa incorporación del aclamado cantor Nahuel Pennisi, que no sólo debuta como actor, sino que despliega todo su carisma y un cantar que a uno lo deja en un estado de ensoñación. Franco Masini, estéticamente perfecto para el personaje, mostrando las aristas que le demanda el personaje muy naturalmente.
Pero bien, como comentara, todos los participantes son de lujo: Roberto Peloni, brillante cómo siempre, realizando varios personajes, un actor completo y necesario para la escena nacional; Laura Esquivel que, junto a Nahuel logran una alquimia hermosa; Cande Molfese con todo su aplomo escénico, Iñaki Aldao también muy versátil y Karina Hernández, de quien festejo su incorporación en un teatro musical, pues lo engalana con su chispa y logrado desempeño.
Al haber más de 40 artistas en escena, un ingrato me siento al no nombrarlos a todos, con una trayectoria ya en el teatro y de un talento inmenso, como Franco Rau, completísimo artista que siempre uno busca ver, Nico Villalba eximio bailarín, quién también colaboró en las coreografías de la excelente Vanesa García Millán, de hecho, logradísimas!
Pero lo que uno siente en la sala del Metropolitan, que nos deja con la boca abierta, tiene mucho que ver con su director y quién versionó el libro, Sebastián Irigo, un ojo escénico que posee todo el carisma y la sensibilidad para llevar éste gran despliegue. No quiero dejar de nombrar también, a su director musical Javier López del Carril, la composición de Francisco Martínez Castro y la música original de Nazareno Andorno.
"Regreso en Patagonia" es una propuesta que engalana la Av. Corrientes y es más que una obra, trasciende su historia para convertirse en una experiencia sensorial.
GUSTAVO SCUDERI